Aunq[u]e en 7 de enero del año pasado escribió N[uestro] difunto P[aternidad] P[adr]e General, encargando estrecham[en]te se dispusiesen suave y eficazmente los ánimos de los indios guarinís que componen los 7 Pueblos que hay entre los ríos Ibicuy y Uruguay p[ar]a q[u]e quando llegase el t[iem]po de ejecutarse el tratado que tenía ajustado su Mag[esta]d Cathólica con el fidelíssimo Rey de Portugal, estubiesen ya los indios, si era posible, fuera de los Pueblos, a lo menos q[u]e sin oposición representaz[ion]es o resistencia alguna los dejasen q[uan]do se mandasen entregar: me ha puesto ahora S[u] M[agestad] Cathólica, en un empeño tal que nunca puede pagarle la Comp[añí]a por más que an[h]ele y travaje, a fin de q[u]e los yndios puntualm[en]te obedezcan a S[u] M[agestad] que sería un triunfo de los más gloriosos p[ar]a la Comp[añí]a y de la mayor confusión para sus enemigos como verá S[u] R[everendísima] por la carta que hoy mismo le escrivo y llevan los comisarios de S[u] M[agestad] q[u]e van a tirar la línea divisoria de los límites de ambos dominios, tirándola de suerte que ha de quedar vajo el dominio de S[u] M[agestad] Cathólica la isla toda del Sacramento con sus territorios. Y en el del Rey de Portugal los d[ic]hos Siete Pueblos de yndios guarinís, que [h]ay entre los dos ríos Ybicuy y Uruguay, y juntam[en]te con el Pueblo de S[an]ta Rosa, situado en las orillas del río Mamoré, en cuya recompensa se entregará a S[u] M[agestad] Cathólica