Difference between revisions of "Page:AKC 1665-1666 565 189-193.pdf/1"
ArchivesPUG (talk | contribs) |
ArchivesPUG (talk | contribs) |
||
Page body (to be transcluded): | Page body (to be transcluded): | ||
Line 3: | Line 3: | ||
</center> <lb/> </p> | </center> <lb/> </p> | ||
− | + | Nunca ceso ni me harto de dar a Dios, Nuestro Señor, muchas y muy continuas gracias, por las mercedes y favores tan singulares que me ha hecho, en darme a conocer y permitirme comunicar a un varón que es hoy la gloria y honra de todo el mundo, sin merecer yo dicha ni Ventura tan grandes, pues la cortedad de mis méritos no podían alcanzar por sí felicidad tan suprema, si la Divina Providencia de Dios, no lo hubiera dispuesto desta suerte; por lo cual, me he persuadido y he juzgado en mí mismo que su Infinita sabiduría ha dispuesto nuestra correspondencia para sacar de ella alguna cosa grande, que redunde en lo que más convenga a su santo servicio y bien de las almas destos reinos remotos, porque yo, con muy segura confianza, espero que todo cuanto me viniere y alcanzare por las sabias y liberales manos de Vuestra Paternidad Reverenda, ha de ser para gran servicio de Dios, honra mía y aprovechamiento de estas naciones recién convertidas. Recebí el año de 64 las reliquias y testimonio auténtico de la gloriosa santa Inés de Monte Polliciano, de que ha sido tan grande el regocijo de aquellas religiosas madres de su convento, y de toda esta ciudad, que no es posible explicarlo. Dispuse para la devoción muchos ánulos de plata, oro y cobre y bronce para tocarlos al ánulo original que la liberalidad de Vuestra Paternidad Reverendísima nos envió con las demás reliquias de la Santa y, ha sido tanta la devoción que ha habido en esto, que pasan hoy de más de 4000 los que se han hecho y tocado. Estase acabando de fabricar su templo, en que he puesto harto cuidado y, juntamente, voy haciendo para cada reliquia su custodia o relicario de plata, grandes para que cada uno esté con la reverencia debida y para que, cuando se acabe el templo y se dedique, vayan en procesión muy solemne desde la iglesia chatedral desta ciudad hasta ser colocada en su altar mayor, que ya se va también fabricando; por todo lo cual yo y mis dos hermanas, monjas de dicho monasterio, su prelada y todas las demás religiosas, damos a Vuestra Paternidad Reverenda muchas inmortales gracias y, a su tiempo, irá la confirmación que los ciudadanos de Monte Polliciano desean tener de cómo se funda en las Indias este monasterio, que es milagroso. En el siguiente año de 1665, 19 de diciembre, día de san Pontiano, recibí con sumo gusto la caja con todo cuanto Vuestra Paternidad Reverenda me envía, con grande regocijo no sólo mio sino de toda esta ciudad, pues hacia mucho tiempo que los cabailleros, los canónigos de nuestra Santa Iglesia, los religiosos y superiores de todas las religiones y todo el pueblo me molestaban preguntándome a menudo cuándo venía. Y así, estoy agora todos los días enseñando y demostrando a todos los que a mi casa vienen todo lo que Vuestra Paternidad muy Reverenda me envia; y repartiendo entre tanta máchina y muchedumbre de amigos nobles, principales y beneméritos de todos estados, las medallas, camándulas, Agnus Dei, cruces y relicarios de búfalo, y es tanta la multitud que acude a pedirme que, juzgo que si hubiera de dar a todos los que desean tener algo dello, ni con toda Roma me bastara. Todo llegó muy bueno, a Dios las gracias, y aunque los Agnus Dei todos los más se quebraron, de los vidrios trígonos se quebraron los dos y el otro quedó maltratado: y quiso Dios, para mejor disposición de todo, que mi correspondiente y amigo el señor Francisco Tassara, pasase a estos reinos otra vez, aunque yo no le esperaba; tuvo la caja con mucho cuidado guardada allá en España todo el tiempo que allá estuvo detenida y no se sosegó un punto hasta que la entró por las puertas de mi casa; es hombre de |
Revision as of 13:02, 4 March 2025
Gloria y timbre ilustrísimo de todos mis amigos:
Nunca ceso ni me harto de dar a Dios, Nuestro Señor, muchas y muy continuas gracias, por las mercedes y favores tan singulares que me ha hecho, en darme a conocer y permitirme comunicar a un varón que es hoy la gloria y honra de todo el mundo, sin merecer yo dicha ni Ventura tan grandes, pues la cortedad de mis méritos no podían alcanzar por sí felicidad tan suprema, si la Divina Providencia de Dios, no lo hubiera dispuesto desta suerte; por lo cual, me he persuadido y he juzgado en mí mismo que su Infinita sabiduría ha dispuesto nuestra correspondencia para sacar de ella alguna cosa grande, que redunde en lo que más convenga a su santo servicio y bien de las almas destos reinos remotos, porque yo, con muy segura confianza, espero que todo cuanto me viniere y alcanzare por las sabias y liberales manos de Vuestra Paternidad Reverenda, ha de ser para gran servicio de Dios, honra mía y aprovechamiento de estas naciones recién convertidas. Recebí el año de 64 las reliquias y testimonio auténtico de la gloriosa santa Inés de Monte Polliciano, de que ha sido tan grande el regocijo de aquellas religiosas madres de su convento, y de toda esta ciudad, que no es posible explicarlo. Dispuse para la devoción muchos ánulos de plata, oro y cobre y bronce para tocarlos al ánulo original que la liberalidad de Vuestra Paternidad Reverendísima nos envió con las demás reliquias de la Santa y, ha sido tanta la devoción que ha habido en esto, que pasan hoy de más de 4000 los que se han hecho y tocado. Estase acabando de fabricar su templo, en que he puesto harto cuidado y, juntamente, voy haciendo para cada reliquia su custodia o relicario de plata, grandes para que cada uno esté con la reverencia debida y para que, cuando se acabe el templo y se dedique, vayan en procesión muy solemne desde la iglesia chatedral desta ciudad hasta ser colocada en su altar mayor, que ya se va también fabricando; por todo lo cual yo y mis dos hermanas, monjas de dicho monasterio, su prelada y todas las demás religiosas, damos a Vuestra Paternidad Reverenda muchas inmortales gracias y, a su tiempo, irá la confirmación que los ciudadanos de Monte Polliciano desean tener de cómo se funda en las Indias este monasterio, que es milagroso. En el siguiente año de 1665, 19 de diciembre, día de san Pontiano, recibí con sumo gusto la caja con todo cuanto Vuestra Paternidad Reverenda me envía, con grande regocijo no sólo mio sino de toda esta ciudad, pues hacia mucho tiempo que los cabailleros, los canónigos de nuestra Santa Iglesia, los religiosos y superiores de todas las religiones y todo el pueblo me molestaban preguntándome a menudo cuándo venía. Y así, estoy agora todos los días enseñando y demostrando a todos los que a mi casa vienen todo lo que Vuestra Paternidad muy Reverenda me envia; y repartiendo entre tanta máchina y muchedumbre de amigos nobles, principales y beneméritos de todos estados, las medallas, camándulas, Agnus Dei, cruces y relicarios de búfalo, y es tanta la multitud que acude a pedirme que, juzgo que si hubiera de dar a todos los que desean tener algo dello, ni con toda Roma me bastara. Todo llegó muy bueno, a Dios las gracias, y aunque los Agnus Dei todos los más se quebraron, de los vidrios trígonos se quebraron los dos y el otro quedó maltratado: y quiso Dios, para mejor disposición de todo, que mi correspondiente y amigo el señor Francisco Tassara, pasase a estos reinos otra vez, aunque yo no le esperaba; tuvo la caja con mucho cuidado guardada allá en España todo el tiempo que allá estuvo detenida y no se sosegó un punto hasta que la entró por las puertas de mi casa; es hombre de