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enojo que cobro contra Augustino y otros señores christianos que le fueron contrarios, estuvo en punto de renovar la persecuçion contra nosotros; y tenia ya dado orden que de nuevo se destruyessen todas nuestras iglesias. Però fue Nuestro Señor servido que por via de los señores christianos de Arima, y Omura que se declararon por su parte en esta guerra se aplacasse. Y finalmente conçedio qui tuviessen Padres y iglesias en sus tierras, y allende desto nos diò patentes para que tuviessemos nuestras casas tambien en las çiudades de Meaco, y de Ozaca, y en la fortaleza de Fuximi que està cerca del Meaco, adonde el nuevamente se passò con su corte, y dio liçençia a los Padres que estan en aquellas partes para que presençialmente le visitassen, reçebiendolos bien, Y con esto los demas Señores entendiendo que Daifu esta bien con nosotros, nos fauoreçen y reçiben en sus tierras; por lo que se van abriendo grandes puertas para la conversion; y vivimos agora en todo Japon con mucha paz, como mas por extenso esescrive en la carta annua N.P. General.
Para sustentar toda esta maquina de Japon que cada año haze mui grandes gastos, no tenemos mas que hasta dos mil ducados que nos dieron los Reyes de Portugal y la pension que nos dio en la colecteria de Espana, de quatro mil ducados cada año la sancta memoria de Gregorio XIII. y Sisto 5° en el prinçipio de su Pontificado acreçento otros dos mil, aun que en el tiempo de su govierno, ni los unos ni los otros se pagaron. Despues el Sancto Pontifice Clemente 8° que agora govierna mando que se nos pagassen solamente los quatro mil cada año que Gregorio XIII nos avia dado. Y finalmente avrò quatro, o sinco anos, que yendo por procurador a Roma el Padre Gil de la Mata alcanço de Su Sanctidad que se pagassen todos los seis mil. Emperò no sabemos si se pagan, porque desde el año de 97 basta agora no avemos reçebido cartas de Roma, ni de España, y siempre nos han quedado a dever lo que nos dexaron de pagar en tiempo de Sixto 5°. Mas porque no nos podemos sustentar en Japon con
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