las religiones deste reino, aprobada también por el Santo Tribunal de la inquisición, venerada por todo el pueblo, por lo cual dicen los regidores y su capitulo desta ciudad y el Virrey, que en este estado que se queda basta y está muy bueno, sin que lo quiera yo pasar a un grado tan alto como el que intentaba, pues hasta agora no hay ni ha habido en todos estos reinos, desde que se descubrieron, una cosa que haya pasado mas adelante, ni sean mas; ay remito a Vuestra Paternidad Reverenda el estado de las cosas de por acá, pues al fin no se puede hacer la confirmación y licencia de parte de la Real Audiencia y su Virrey, o el no quiso o no se movió por la razón que he dicho del Patronato.
Mas no porque la confirmación última para que pasara a mayor grado y firmeza no se pida a su Santidad por estos embarazos, será bien que Vuestra Paternidad Reverenda, deje de dar la noticia cómo yo fui el autor, aunque indignísimo, de una cosa tan ilustre, tan santa y de tanta honra de Dios, gloria de la Christiandad y bien de las ánimas del purgatorio, pues no se lograban las gracias que a aquellos santísimos lugares estaban concedidas, y agora se gozan y logran para tanto bien suyo, y, últimamente, de tanto ejemplo en esta ciudad, por los sacerdotes que las asisten y cuidan, con gran aprovechamiento de las almas de esta ciudad por las continuas confesiones y comuniones y otros ejercicios, principalmente las cuaresmas, que es cosa digna de toda admiración y estima, para que así merezca yo su santísima bendición desde allá; con que me anima a emplearme en otras nuevas empresas del servicio de Dios y estima de las almas, que es lo que de día y noche procuro con tantos afectos y ansias, pues ya todo aqueste instituto está acabado, completo y perfeccionado. Y así, vivo como inquieto mientras no tenga mies a donde ir a ser operario, para servir en lo que Dios me diera de nuevo a Dios y a la Iglesia y gastar en su culto la poca hacienda y haberes que me han quedado; pues, de verdad y realmente, yo me he quedado pobre y hoy estoy aniquilado por haber gastado cuanto heredé de mis padres por poner en perfección doce iglesias, con dos que todavía faltan, con sus casas de vivienda y ornato, de este instituto que su Divina Majestad quiso poner a mi cargo, y me tengo por el hombre más dichoso de haberlo así gastado en el servicio y la honra de la pasión sacrosanta de mi amantísimo Señor y Redentor Jesuchristo, que en aquestos santuarios al vivo se representa, que estaba en esta tierra oprobiado; teniendo, como tengo, muy segura confianza qne, por otro camino por donde yo no pasare, querrá su bondad divina restituirme para poder sustentarme, tanta multitud de oro, tanta máchina de plata, como he gastado solo por su honra y gloria, y verle reverenciado; pues cuando no sea el centuplum accipietis, con cualquier oficio o estado de ocupación eclesiástica que su misericordia me de para poder obtener uria congrua pasadía en lo temporal, para el sustento competente de las obligaciones de mi familia y estado que profeso; estaré muy contento y pagado, habentes aumentis et aliquibus rogamur his contentissimiis, como dice san Pablo, pues todo lo demás es aire, y todo lo que no es trabajar y servir
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