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radores de Provincia en Madrid, Potosí, Córdova, Buenos-Ayres; y de Misiones en esta Ciudad, y de Asumpcion, Santa Fé, y de la Tarija, sin contar el Procurador particular de cada Colegio, y los Padres Estancieiros, que todos son Procuradores, ocupandose en lo temporal casi toda la Apostolica Provincia. Por lo que oportunamente llega á decir de ella el Padre Provincial Lauro Nuño [sic]: (5) Sin sentir se vé convertido en Colegio de Procuradores el Colegio Apostolico de Operarios.
83 Los que tiene este nombre, y el de Maestros, que es el pequeño resto, que no pudo lograr Procuracion, Curato, ó Estancia, se enmohecen en la ociosidad de los Colegios, ocupando las mañanas en confesar las devotas, que pudieron aparroquiarse en las visitas de las tardes. Pero mejor describe el Padre Provincial Sinom de Leon por las siguientes palabras: (6) Habiendo avisado á nuestro Padre General, que se vá introduciendo el visitar con demasiada frequencia las mugeres Españolas, y que han llegado algunso á abatir yanto la seriedad y gravedad, que es propria de los hijos de la Compañia, que los tratan de tú, á que corresponden ellas con el mismo estilo; añade nuestro Padre estas palabras: Por ninguna puerta puede entrar mas abierta relaxion, etc. Hasta aqui nuestro Padre, y V. R. con su santo zelo coopere al de nuestro Padre, para que la casa de Jesus, que está acreditada con el titulo de Apostolica, no pierda su esplendor con alguna de estas faltas[1]. Avisandole á nuestro Padre, que se falta frequentemente en la regla 17 de los Sacerdotes, hablando en los confesonarios de cosas tocantes á la Confesion, é impertinentes, como se conoce, asi por la dilacion, como por las carcajadas de risa, que no pocas vezes se oyen. A que se añade, que ha llegado á tanto el abuso, que aun baxan al Confesonario los Sacerdotes que no tienen licencia para confessar mugeres, y no pocos Hermanos Coadjutores hacen lo mismo, que es lo sumo del desorden: despues de haber dicho que la regla bastantemente encarga la brevedad de tales platicas, añade: lo que encargo, que á qualquiera que sin tener facultad de confesar, fuere á hablar con ellas al Confesonario, se le dè una grave penitencia.

84 De esta ociosidad, y ninguna aplicacion al estudio y cultivo, que aqui es un fardo inutil, han nacido á esta Provincia los dos enormes desordenes, que propiamente la caracterizan; á saber, el espiritu de trafico e negociacion, (punto que para tratarse dignamente pedia um tomo á parte) y el espiritu de faccion

  1. Este trecho não está presente no "Libro de Órdenes de Madrid".