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Reciendonos malas obras diestros en esto bozales y flacos en estotras guerras, cuya victoria es galardonada en el cielo con premio eterno y el ser vencido castigado en el infierno con tormentos eternos!. Considerese bien cuan lleno esta todo de flaqueza, pues que por maravilla hay hombre que cuando se le ofrece riesgo de mucho interese o de la honra o de la vida tenga en pie la virtud y la obediencia de Dios; y mala sospecha, se puede tener de quien es de los vicios vencido que estara en pie en lo que toca a la confesion de la fe en el tiempo que sobre ella se levantare la guerra y guerra tan calificada. Tertuliano se queiaba en su tiempo de que las mujeres traian aderezos galanos y curiosos en los cuellos y en los tobillos, y decia que el cuello acostumbrado a atavios muy curiosos no estaba aparejado, ni facilitado delante el sayon para que lo cortase por confesion de la fe, y que los tobillos que se deleitaban en ,andar hermoseados con rodajas de precioso metal, se les haria de mal estar en la carcel apretados con prisiones de hierro por confesion de la fe. Y, si por estas tales cosas hemos de conjecturar como nos ira en aquel tiempo, harto hay que temer, pues estamos llenos de curiosidades, y llenos de regalos, y mas mundanos que el mismo mundo. Y pues hemos visto caer a nuestros hermanos aun sin fuerza de tormentos, sin apariencia de razones, sin falsos milagros, y nosotros no nos debemos tener por mejores, ni mas fuertes que ellos eran, ni por menos merecedores de que Dios aparte de nos su mano,