que sepan bien el texto de las Oraciones y de la Dotrina, y no le sabran si no se les obliga a que resen en la Iglesia despacio, claro y con reverencia, y para esto de quando en quando asistira un P[adr]e a oirles resar, y corregir a los que fuere necessario; porque no su[ce]da con el tiempo lo que advirtia S. Agustin que ex verbis non bena prolatis oritur fieresis. Lo 2.o: se les explicaran los Misterios em preguntas, y dandoles las respuestas en palabras claras, y tan breve que facilmente puedan retener las en su memoria. Estas se ha de hazer no solo a lo[s] muchacos y muchachas; sino a los grandes, y corrigiendo tal vez estos por medio de los muchachos para que se corran; y por el contrario premiando algunos de los que mas se alentajaren [sic]. Lo 3.o: se an de recorrer todos los Misterios de suerte que en que messes se aia explicado todo el credo, todos los Mandamientos, los Sacramentos, ett.a y es cierto que fuera bien ageno a la grandeça de animo, que pide n[uest]ro instituto el que alguno por contentarsse con poca lengua no passasse de las primeras preguntas ni explicasse mas que qual o qual misterio, que se los tiene decorados en la lengua, prevendra este inconveniente el Pe. Sup.or en las visitas oiendo alguna Doctrina cada uno de los p[adres] que le paresiere señalandoles algunos Misterios, que expliquen. Lo 4.o: al explicar la Doctrina el p[adr]e no estara en un solo puesto sino ya arriba y abajo repitiendo las preguntas y respuestas para que todos las oigan; y pongasse todo esfuerço en que cesse tanto ruido de criaturas que impide oir las Dotrinas, y sermones en algunas Iglesias, finalmente p[o]r que se experimenta que en los indios mas viejos flaquea mucho la memoria se les hara aparte Doctrina los Domingos en las tardes [s]egun entablaron los primeros Padres que conocieron esta gente y ordenaron mis antecesores.
En quanto a la administracion de los sacramentos no parece necessario encargar, que se instruian los penitentes pues la consciencia de cada uno de n[uest]ros confesores estimulara a lo que es lei Divina, que tan facilmente se puede violar, si officio tan alto se haze con negligencia; y por esto deben no contenatarsse con lo precisso para cumplirse segun algun autor ancho pues nuestro instituto nos obliga a velar porque se adelante cada penitente segun su capacidad quanto con la
que sepan bien eltexto delas Oraciones y dela Dotrina, y 0? nole sabran si no seles o
bliga aqueresen enla Iglesia despacio, Claro ycon reverencia, y para esto dequa
ndo enquando asistira un P.e a oirles resar, y corregir a los que fuere necessa
rio; porque nosuda con el tiempo loque advirtia S. Agustin que ex verbis non be
na prolatis oritur fieresis. Lo 2.o Seles explicaran Los Misterios em [sic] preguntas, y
dandoles las respuestas en palabras claras, y tanbreve que facilmentepuedan retener
las ensumemoria. estas se ha de hazer nosolo alo Muchacos y muchachas; sino alos
grandes, ycorrigiendo tal vez estos por medio de los muchachos paraque se corran;
y por el Contrario premiando algunos de losque mas sealen tajaren [sic]. Lo 3.o sean
de recorrer todos los Misterios de suerte que enpocos Messes se aia explicado
todo el credo, todos los Mandamientos, los Sacramentos, ett.a y es cierto que
fuerabien ageno a la grandeça de animo, que pide ñro instituto elque alguno por
contentarsse con poca lengua no passasse de las primeras preguntas ni explicasse mas que
qual o qual misterio; que selos tiene decorados en la lengua, prevendra este inconveniente el
P.e Sup.or en las visitas oiendo alguna Doctrina cada uno de los PP. que le paresiere
Señalandoles algunos Misterios, que expliquen. Lo 4.o al explicar la Doctrina el P.e
noestara en un solo puesto sinoya arriba y abajo repitiendo las preguntas y respues
tas para que todos las oigan; y pongasse todo esfuerço enquecesse tanto ruido decria
turas que impide oirlas Dotrinas, y sermones en algunas Iglesias, finalmentep.r
quese experimenta que enlos indios mas viejos flaquea mucho lamemoria seles
hara aparte Doctrina Los Domingos enlas tardesegun entablaron Los prime
ros Padres queconocieron esta gente y ordenaron mis antecesores.
Enquanto ala administracion de los Sacramentos no parece ne
cessario encargar, que se instruian los penitentes pues la consciencia de cada uno
de ñros Confesores estimulara alo que eslei Divina, que tan facilmente sepuede
violar, si officio tan alto se haze con negligencia; y por esto deben no contenatarsse
con lo precisso para cumplirse segun algun autor ancho pues nuestro instituto nos o
bliga a velar porque se adelante cada penitente segun su capacidad quanto con la