Page:El Reyno jesuitico (1762).pdf/62

From GATE
This page has not been proofread


99 Al fin, yá que no convenia expulsar á estos, se tomó la providencia de expulsar á los muchachos mismos, como se vé por la Carta seguiente (8): Me sirve de mucho desconsuelo, que despues de muchos ordenes mios de que se despidan de nuestras Casas los muchachos, que con el titulo da sirvientes de los padres hay en ellas en cada Pueblo de las Doctrinas, sin embargo todavia se conserve, repitiandome algunos de sus Reverencias aquello mismo que desde el principio tengo bien considerado. Ordeno, pues, ultimamente, que luego, y sin mas leve dilacion, sean los dichos de nuestras Casas despedidos; y sobre este punto ni se me hable, y ni se me proponga mas; pues bien Informado de todo pronuncio esta ultima, é indispensabile resolucion: y para que no haya en su execucion mas falta, en caso (que no espero) de repugnancia en algunos, ponga V. R. en nombre mio precepto, para que este mi expresso orden enteramente se cumpla, quedando yo muy seguro, que la prudencia de los Superiores excecutará sin nota, ni reparo esta expulsion, pues muchos de los mismos Padres Missioneros, la razon y la experiencia convencen puede hazerse sin inconveniente ninguno. No he podido en esse punto (aunque con dolor no pequeño mio) complacer âl Señor Obispo del Paraguay, porque juzgo delante de nuestro Señor faltará á mi obligacion si no lo executára como lo tengo determinado, y de presente determino. En los Santos Sacrificios de V. R. me encomiendo. Roma 14 de Abril de 1731. Siervo de Christo de V. R. Francisco Retz.
100 La providencia era muy buena; pero por qué á bueltas de los muchachos expulsos no se vieron del mismo modo...